Las crueles ansias
por decirle a alguien
un suceso, una historia;
programar el parche
desde el mismo jueves.
Lo odioso de tragar
los absurdos diarios,
las cotidianas vivencias,
los andenes divisorios
de lo feo y lo hermoso.
En la letra me desahogo,
escribiendo soy libre
de expresar mis impulsos,
renovados o como eran.
Felinos salvajes se tornan
sedientos de suculentas presas
de ojos y atentos oídos,
y evitar que mueran
en la soledad y el olvido.
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