Nos encontramos cuatro nubes,
una noche de concupiscencia,
era el sereno y la ocasión propicia,
de jóvenes y placeres,
pero las nubes son etéreas,
se disuelven con el tiempo.
Esa noche esos algodones
nos rehusamos a perecer,
usamos menjurjes y sahumerios,
y logramos llegar agonizantes
para presenciar el amanecer.
Pero las nubes son gases,
se esfuman en el cielo
pero el recuerdo es eterno,
que difícilmente muere
yo me acuerdo
y una sonrisa nace de mi rostro.
2 comentarios:
hola mauro paso a saludarlo y a deleitarme con sus palabras !!!
pero le comentaria mas si el formato de comentario fuera diferente.. este me causa desesperacion..
se cuida y bien por lo que dice de la marcha de chavez
Vero muchas gracias por leerme, por sus comentarios, eso me anima a continuar este fútil ejercicio.
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