miércoles, 23 de diciembre de 2009

Collage uno


Tal como el viejo se aferra a su pipa, el estudiante debe aferrarse a los libros,
a los hábitos académicos y propios de su cultural. Un hombre suda, hace mucho calor y acaba de sonar la campana del descanso. Es un obrero, que camina sin prisa a buscar en su maletín el portacomidas. Come su porción de arroz y carne con placer. Fue una jornada extenuante. Después toma un sorbo de vino tinto. Introduce sus manos por tercera vez en su equipaje y extrae un cigarrillo. Ya arreglado. Estira las piernas, bosteza y se relaja un poco. Al instante canta la sirena y el trabajador vuelve a las profundidades.

- Está jodido este camello, y el gobierno nos estrangula.
- Claro compa, hay que acabar con todos esos malparidos.
- Si hermano, pero nada que ver con esa hijueputa guerrilla que no ha hecho sino cagarla.
- Como así compañero, más respeto para los camaradas.
- Suerte con esas pecuelas, con esos criminales de guerra.

Son las doce del medio día, hay conmoción en la cafetería principal de la universidad, se escuchan unos megáfonos gangosos y un tumulto.

-¡Rector hijueputa, Presidente paramilitar, fuera Yankees!
-Hay que combinar las formas de lucha, como la marcha y la papa.

Y se escucharon más frases, hasta que el mechudo más añejo del campus empezó su rutinario discurso. Un grupo de 4 mujeres, todas muy bien dotadas y de buen semblante, comenzaron a refunfuñar.

-Vida hijueputa, se va a armar otro tropelcito con los policías, que boleta.
- 300 pelagatos decidiendo por 13.000, estamos en la puta olla.

Con la cautela de un zorro, el reciclador ambulante registra sus bolsillos -y gladiador por la forma de cargar semejantes costales- ¡ZAs! la pipa en la mano derecha y de la izquierda, como un truco de naipes, se desliza un sobrecito con un polvillo amarillo de su camisa. Con la sagacidad del presidente de Colombia, vierte el contenido sobre el orificio de su artesanía, repleta de cenizas. Fósforo en medio del dedo grande y el índice, lo raspa y lo estaciona al frente del túnel oscuro y corto, y el polvo gris va derritiendo al macilento como a una miel. El viejo sale disparado al cielo, siente vida, energía, placer, vigorosidad, gusto, paz, tranquilidad, sosiego, calma, etc, lo siente todo. Luego siente susto, siente muerte. El guerrero siempre tiene un as bajo la manga.

“… Muestran que no son el partido de una clase, sino un círculo, que no son el partido de las masas, sino un grupo de intelectuales y un reducido número de obreros que imitan los peores rasgos de los intelectualoides.”
V. I. LENIN, El “izquierdismo”, enfermedad infantil del comunismo CAPÍTULO VII ¿DEBE PARTICIPARSE EN LOS PARLAMENTOS BURGUESES?

1 comentario:

Anónimo dijo...

Oe personajes actualizen los blogs