viernes, 25 de diciembre de 2009

Collage dos.

-Cuando le diga ñote, esos manes tienen contratos con la alcaldía, por eso comen callados y dejan de ser “oposición radical”.

-¡Bobo no! si están calmados es porque el susodicho lo ha hecho bien.

-Si home… y la corrupción de varios de sus componentes, el clientelismo de sus socios, la politiquería en los barrios, la flexibilidad ante las privatizaciones.

-¿Si…?

-Hermano con decirle que perdieron la consulta interna, teniendo la plata y la rosca de la Administración.

Es de noche, me encuentro con un grupo de seis amigos, de los cuales solo me acuerdo de dos. Los acompañamos por un saco, una chaqueta o por plata, no estoy seguro, al a casa de su señora madre. Yo tomo delantera, me voy con un compañero y con dinero.
Entramos al bar más movido del ambiente. Mis ojos se clavan sobre la mesera, la que siempre me cautiva. La secuencia de eventos es confusa, conceptos etéreos, imágenes borrosas y sin una continuidad del tiempo consistente. Sin embargo, tengo éxito y aparezco unos minutos después, con ella y rumbo a otro lugar. Nos sentamos, pedimos dos cerveza, es un sitio agradable, ella lo eligió, yo quería ir una cuadra más arriba a un antro más bohemio y clásico –se que le encanta-. Un personaje grotesco se nos acerca y hace un despliegue sistemático de pedigüeñería y fastidio importunándonos de tal manera que tengo que intervenir. Le alzo la voz y le digo que se largue. El, en señal de protesta e inconformidad, saca un cuchillo. Yo trato de defenderme como puedo, hasta que llega el dueño del establecimiento y le efectúa una operación quirúrgica que lo deja como un colador. También tenía un cuchillo, más grande, para sentar su posición ante el gobierno y los ciudadanos, que su patrimonio lo defendería con la vida. Y así, van siguiendo imágenes, flashbacks…
Era una pesadilla, despertó con el pecho empapado, dolor de cabeza y el malestar de un obrero cuando termina su jornada de trece horas “diurnas”. Se levantó como pudo y no se baño, se vistió directamente. Empacó algunas hojas en su maletín y salió. Estaba completamente abatido, pero había algo que lo animaba, algo tan poderoso que con solo pensarlo, lograba la serenidad y la paz para matizar y amortiguar el conjunto de malestares que lo aquejaban.


“Desde la aparición del MOEC el 7 de enero de 1959, fundado por Antonio Larrota, y hasta el sol de hoy, en Colombia ha brotado una recurrente corriente extremoizquierdista que se echa sobre sus hombros la empresa de crear las condiciones subjetivas del estallido revolucionario mediante el montaje de núcleos guerrilleros, encargados de encandecer la república entera con la sola irradiación del valor, de la audacia, de la entrega y del generoso sacrificio de una reducida camada de predestinados.” Francisco Mosquera, Ni guerra ni paz.

La guerra del pueblo es un asunto histórico que depende de circunstancias y elementos concretos. La táctica de un partido que busque guiar a la sociedad por las antípodas de la injusticia, la miseria, la opresión y la explotación, por ejemplo: Una correlación de fuerzas favorable, el grado de conciencia y organización de los oprimidos y su voluntad decidida de emanciparse, la existencia de un frente único de liberación nacional, donde quepan desde: el obrero y el campesino, hasta burguesía nacional y pequeña burguesía, junto a todos los sectores sociales que amamantan. Por otro lado, el régimen expoliador debe estar dividido, mermado, desmoralizado de tal forma que su reacción brutal y terrible no cuente con la eficacia acostumbrada. El marxismo concibe estos elementos como primordiales para desarrollar una táctica insurreccional. Sin estos elementos, no basta con que la izquierda infantil de la pequeña burguesía, mencione la inefable miseria y hambre, la nefaria opresión, injusticia y explotación del pueblo, por lo cual se necesita un cambio radical.
“Si así fuera, las sociedades basadas en la esclavitud de unas clases por otras deberían vivir en una permanente guerra civil insurreccional.” Francisco Mosquera, ni guerra ni paz.

miércoles, 23 de diciembre de 2009

Collage uno


Tal como el viejo se aferra a su pipa, el estudiante debe aferrarse a los libros,
a los hábitos académicos y propios de su cultural. Un hombre suda, hace mucho calor y acaba de sonar la campana del descanso. Es un obrero, que camina sin prisa a buscar en su maletín el portacomidas. Come su porción de arroz y carne con placer. Fue una jornada extenuante. Después toma un sorbo de vino tinto. Introduce sus manos por tercera vez en su equipaje y extrae un cigarrillo. Ya arreglado. Estira las piernas, bosteza y se relaja un poco. Al instante canta la sirena y el trabajador vuelve a las profundidades.

- Está jodido este camello, y el gobierno nos estrangula.
- Claro compa, hay que acabar con todos esos malparidos.
- Si hermano, pero nada que ver con esa hijueputa guerrilla que no ha hecho sino cagarla.
- Como así compañero, más respeto para los camaradas.
- Suerte con esas pecuelas, con esos criminales de guerra.

Son las doce del medio día, hay conmoción en la cafetería principal de la universidad, se escuchan unos megáfonos gangosos y un tumulto.

-¡Rector hijueputa, Presidente paramilitar, fuera Yankees!
-Hay que combinar las formas de lucha, como la marcha y la papa.

Y se escucharon más frases, hasta que el mechudo más añejo del campus empezó su rutinario discurso. Un grupo de 4 mujeres, todas muy bien dotadas y de buen semblante, comenzaron a refunfuñar.

-Vida hijueputa, se va a armar otro tropelcito con los policías, que boleta.
- 300 pelagatos decidiendo por 13.000, estamos en la puta olla.

Con la cautela de un zorro, el reciclador ambulante registra sus bolsillos -y gladiador por la forma de cargar semejantes costales- ¡ZAs! la pipa en la mano derecha y de la izquierda, como un truco de naipes, se desliza un sobrecito con un polvillo amarillo de su camisa. Con la sagacidad del presidente de Colombia, vierte el contenido sobre el orificio de su artesanía, repleta de cenizas. Fósforo en medio del dedo grande y el índice, lo raspa y lo estaciona al frente del túnel oscuro y corto, y el polvo gris va derritiendo al macilento como a una miel. El viejo sale disparado al cielo, siente vida, energía, placer, vigorosidad, gusto, paz, tranquilidad, sosiego, calma, etc, lo siente todo. Luego siente susto, siente muerte. El guerrero siempre tiene un as bajo la manga.

“… Muestran que no son el partido de una clase, sino un círculo, que no son el partido de las masas, sino un grupo de intelectuales y un reducido número de obreros que imitan los peores rasgos de los intelectualoides.”
V. I. LENIN, El “izquierdismo”, enfermedad infantil del comunismo CAPÍTULO VII ¿DEBE PARTICIPARSE EN LOS PARLAMENTOS BURGUESES?

lunes, 21 de diciembre de 2009

La enfermedad infantil de la izquierda Colombiana.

En política, he aprendido que todas las tendencias políticas son válidas, ya que Colombia es un país tan rico en climas, en regiones, en recursos y en clases sociales, que de ello se desprenden innumerables pensamientos. Vemos que hay fascistas, originados desde las clases terratenientes, mafiosas y algunos sectores de la burguesía intermediaria*, existen las ideologías de la pequeña burguesía, el anarquismo, el foquismo y el terrorismo de las guerrillas, por ejemplo. La izquierda, la social democracia y el liberalismo filosóficos desde el lado civilista. Hay conservadores demócratas, hay liberales autoritarios, hay apolíticos postmodernistas, en fin, una gran gama de matices, orientaciones políticas y filosóficas. En un país con una violencia que se remonta desde los años de la Independencia hasta hoy, cambiando de protagonistas y de carácter, unas guerras son revolucionarias y de liberación como la que dio el pueblo contra los Españoles, en cabeza de Bolívar y Santander y otras son reaccionarias como la que encabezan de la guerrilla y los paramilitares, con los recursos y el poder del narcotráfico. Es por eso, que la tolerancia y el respeto a las ideas ajenas representa una clara contraposición a la herencia burguesa guerrerista del partido Conservador y Liberal, que nos legaron el sectarismo y la polarización, de la cual beben tanto la extrema izquierda, como la extrema derecha. También aprendí, que por tamaña riqueza teórica, hay que llamar las cosas por su nombre. Por ejemplo, el proyecto que encarna Uribe es fascista, lo que encaran las FARC y sus simpatizantes es algo parecido, imponer las cosas a la fuerza. Marxismo en Colombia, como tal, no lo encarnan ni los radicales de izquierda, ni mucho menos la guerrilla, tal vez un pequeño partido de los trabajadores…. El marxismo no es copiar las fórmulas prácticas y teóricas al píe de la letra de la experiencia China o Rusa, como lo hacen torpemente, por ejemplo, el MODEP o las brigadas antiimperialistas, tampoco es el revisionismo y el oportunismo soterrado de “la combinación de las formas de lucha” agenciado por el viejo y caduco Partido Comunista, ni mucho menos, es el sectarismo del (neo)MOIR, el que prohíbe y sataniza las alianzas desconociendo la teoría política de la correlación de fuerzas.
El marxismo consta de tres pilares: La filosofía (Materialismo dialéctico y Materialismo Histórico) la teoría política y la económica.

Sobre el materialismo dialéctico: 1) Todo es materia, las ideas son productos del cerebro humano, y éste no es más que el desarrollo y alto grado de sofisticación de la materia. 2) No hay materia sin movimiento, ni movimiento sin materia. Todo está en constante movimiento y todo se contradice entre sí, se relaciona y se une. Sobre estos dos puntos Mao Tse Tung hizo una gran contribución cuando desentraña y explica de una forma magistral el carácter de las contradicciones. Las contradicciones se presentan en todo, poseen un aspecto absoluto, pero son relativas también, algunas son principales, otras son secundarias, las principales pueden transformarse en secundarias y viceversa. En Colombia, las fuerzas políticas se contradicen tentre sí, inclusive dentro de un mismo partido hay contradicciones. Para las fuerzas democráticas, la principal contradicción es el proyecto fascista y dictatorial de Alvaro Uribe, por lo que es necesario que el POLO busque alianzas con los independientes y con la derecha. Porque cada situación requiere un trato y una táctica diferente. Las innumerables declaraciones y gritos de la extrema izquierda cuando se habla de alianzas con la derecha para derrotar la reelección de Uribe demuestran el grado de ignorancia, de infantilismo y de oportunismo, a la hora de aplicar una táctica correspondiente al blanco principal de ataque. Cuando Lenin decía que la esencia de dialéctica es la unidad de los contrarios, explica como Uribe y las FARC, dos fuerzas aparentemente antagónicas, se necesitan la una a la otra más que nunca. El primero necesita la amenaza terrorista, los secuestros, los bombazos, las pipetas de gas cayendo en los pueblos, las extorsiones, el boleteo, el miedo que difunden, la zozobra en campo y demás barbaridades para justificar el autoritarismo, para legitimar sus medidas fascistas, para revestir la violencia y el abuso de la fuerza pública como una necesidad primordial. El segundo necesita un régimen político intolerante, guerrerista, injusto, cruel y despiadado, de falso positivos, de yidis política, de trampas y vivezas jurídicas, de escándalos como el de la Parapolítica o "Agro Ingreso Seguro" para darle aire mesiánico a su discurso, para mostrarse como el único sendero de cambio, para impregnarse de la sabia revolucionaria que nunca han tenido, para verse como los redentores y para legitimar sus medios inhumanos para conseguir sus fines altruistas.

Las fuerzas democráticas son la tercera vía, el camino que se aparta de ese círculo vicioso que desangra a Colombia, que siembra odios, intolerancia y muerte. Nosotros no cabemos en ese matrimonio infernal. Nuestro enemigo es la violencia, la guerra, la imposición de ideas políticas a la fuerza, a las malas, a los balazos de fusil. Por eso, Gustavo Petro, habla de acordar el futuro, con todas las fuerzas de la democracia, de todos los partidos y movimientos que no quepan en la rosca del Presidente o se opongan a su proyecto reaccionario y miserable. Por eso Francisco Mosquera ad portas de la apertura económica hizo alianza con una de las personalidades más conservadoras del Partido Liberal, el candidato presidencial Durán Dusán, para impedir esa desgracia para el país, que hábilmente lograron implantar con la anuencia y participación ingenua del M-19, quienes creyeron que consignando unas medidas socialdemócratas y libertarias en el papel, en la Constitución de 1991, causarían un cambio radical en el establecimiento, cuando el verdadero cambio lo configuró la implantación del modelo neoliberal y sus representantes hechos con el poder. Que al Partido Comunista no le interese la alianza de l campo democrático es comprensible… pero que Robledo se oponga a ultranza resulta insólito, pues fue precisamente el fundador del MOIR quien desde el principio, rompiendo todo tipo de paradigmas, como el abstencionismo, el foquismo y la “combinación de todas las formas de lucha” de la izquierda infantil de ese entonces, siempre impulsó y lucho por crear un gran frente, en especial en el último periodo de recolonización y hegemonía gringa, para unir todas las fuerzas democráticas. Si la situación era trágica para los obreros y campesinos cuando empezaron a cerrar fábricas colombianas y a importar lo que acá se cultivaba, ahora es terrible, porque no administran la neocolonia los demagogos y democrateros de los años noventas, ahora se ahonda en las reformas económicas, laborales y jurídicas, perversas y leoninas, desde un gobierno despiadado de comportamiento equiparable al gobierno de Fujimori o al de Hitler, guardadas las proporciones y el contexto histórico.

Gustavo Petro es lo más revolucionario en Colombia, no solo por sus reformas novedosas, bien sustentadas, posibles y muy progresistas, también porque la táctica que propone, de acordar del futuro, de unir fuerzas con otras tendencias y partidos políticos de diferentes orientaciones es la única posibilidad para derrotar la amenaza de dictadura que se cierne sobre Colombia. Salvo la unidad de las fuerzas progresistas, todo es ilusión.

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No más capuchas, papas, tropeles, vidrios quebrados, campus dañado, miedo causado, y castración de la participación, esos métodos dejenlos para los amotinados en las cárceles nacionales. En las universidades la lucha se da desde el debate político, desde las iniciativas culturales y académicas, desde las críticas profundas a la sociedad y al régimen, desde los libros y el conocimiento, desde la participación en consejos estudiantiles, en asambleas, desde los foros, en fín, desde todos aquellos espacios que le son propios a la naturaleza del estudiante, no desde formas violentas implantadas desde afuera por grupos aislados de las masas.

*Intermediaria entre la gran burguesía internacional, y la clase parasitaria y vendepatria del país, que les asegura el dominio económico, político y cultural.

martes, 15 de diciembre de 2009

UN JOVEN QUE CONOCIO LA DOCTRINA

Un joven estudiante se despertó, el sol radiante, la mañana cálida, una suave brisa descendía sobre el jardín, era un día común y corriente. La gente esperaba las busetas para ir a trabajar. Los obreros llevaban maletín, seguramente en su interior iba el almuerzo, alguna herramienta y la comida de la noche. Este joven que mucha curiosidad tenía, pasó temporadas enteras estudiando la historia de Colombia, analizando los acontecimientos del mundo y en general, su pasión eran las ciencias sociales. Se enclaustraba todas las tardes en las bibliotecas y en las noches poco dormía por empeñarse en darle resolución a sus intrincados cuestionamientos sobre la sociedad.

Empezó con los liberales, con los ideólogos de la revolución francesa, con los griegos y con los del renacimiento. Hizo un recorrido juicioso por toda la filosofía idealista, hasta convencerse de su inclinación por la democracia y las elucubraciones sobre la igualdad y lo indispensable de las instituciones republicanas. Tenía muy claro que repudiaba las ideas de derecha y sus expresiones monstruosas de autoritarismo y fascismo. En su momento, le encantó Rosseau, los radicales burgueses y los anarquistas. Poco dormía, poco comía, estaba obsesionado con la lectura, cada vez la sed de conocimiento lo hacía más menesteroso. Un día en la universidad, vio un numeroso grupo de estudiantes reivindicando el movimiento estudiantil acaecido en 1971, vio que llevaban pancartas con el nombre de un dirigente político.

El discrepaba de la izquierda en el campus, no eran más que un puñado de lumpen, encapuchados y tirapapas. Pero algo había de diferente en aquel grupo. No reivindicaban los grupos guerrilleros, no azuzaba a la violencia y no generaban el asco como los vándalos. Pero era escéptico, tampoco se entusiasmó mucho. En su casa, averiguó por internet y se dio cuenta que ellos formaban parte de un partido fundamentado en las ideas desconocidas por el. Con mucha prevención y como por no dejar, empezó a leer sobre dicha doctrina.
Todo le pareció tan descabellado, tesis completamente opuestas a lo que el comprendía. Un completo disparate. Conoció el materialismo histórico, el socialismo científico, la dialéctica materialista, la Comuna de París, la Revolución de Octubre, La Gran Marcha, la Revolución Cultural China, tremendos eventos históricos que dejaban por el piso, los tumultos y los motines de los que tenía conocimiento. Pero lo que en definitiva conquistó su corazón como nunca antes fue la derrota de los Nazis a manos del pueblo soviético, que cerró filas en defensa de su madre patria y el recorrido heroico del pueblo y los comunistas chinos por medio país, sorteando toda clase de obstáculos y venciendo la adversidad sin más recursos que el tesón de su lucha y abnegación. Devoró página por página, palabra por palabra, libro por libro.

No sabemos como ni porqué, pero la fortuna salvó al entusiasta muchacho del final que tenía preparado el autor: Por sus discursos revolucionarios, denunciando el gobierno pro-imperialista de Colombia y por desenmascarar a los criminales comunes y de guerra de la guerrilla, este caería a mano de los últimos, a quemarropa y por la espalada, tal y como vilmente acribillaron a Eduardo Rolón y Aidée Osorio, en la época de las conversaciones con Belisario Betancur, ante la negativa de estos, de abandonar su trabajo de masas (coperativas campesinas, centros de salud, etc) y dejar las veredas donde venían trabajando como descalzos en Antioquia.
En su lugar, el joven accedió a ir al conversatorio que se realizaría en el centro de la ciudad, para impulsar la candidatura del máximo líder de único movimiento estudiantil que agitó los cimientos de la sociedad como nunca había sucedido desde la muerte de Gaitán, donde solo la derecha del Opus Dei, el gobierno y los mamertos del pc se opusieron e hicieron hasta lo imposible por derrumbar sus conquistas y terreno ganado.

Sin embargo, como acostumbra la desgraciada pluma de quien escribe, ya está cocinado un macabro final para el chicuelo, sin embargo la bondad de Dios le permitirá vivir hasta después del conversatorio, antes no, porque debe asistir e invitar gente porque Chucho sabe como hace sus cosas y algo tiene que equilibrar, porque en Colombia, donde solo pulula la extrema derecha fascista y la extrema izquierda degenerada, un pequeño respiro tiene que darle a las fuerzas progresistas, como para que el país no se desintegre y se pudra.

lunes, 30 de noviembre de 2009

Lastre

La maracachafa poco a poco se quemaba, se convertía en humo, en olor, en imágenes, sonidos, sensaciones. El lugar estaba invadido por un gusto dulzón y penetrante. La noche fría, la luna omnipotente, la bruma hegemónica, la ciudad gélida, distante, indiferente. Los espacios para el espíritu lejanos, escondidos, inexistente. Pero para la pasión, para el ego, para las ansias, para las ganas, para el desenfreno, para el animal habia una lugar. La taberna impregnada de sudor, de etílico, de donde beben los sedientos, donde el borrego se despoja de su pellejo y emerge el idiota feliz, el maniático pelíon, el jodido llorón, el diletante, la dama... Brilla con intensidad, se mueve, como una luciérnaga en el bosque, va de arriba a abajo, la estela luminosa rebota por las cuatro paredes del antro. El insecto iluminador sobresale en la sala, todos miran la inmensa catedral que reposa sobre una mano. Un reloj de oro. Suenan tangos y carrileras, se ven siluetas moverse con fluides por entre las cortas zanjas de mesa a mesa, flacas, desgarbados, gordas, mofletudos, cocodrilos, lámparas. Parece un refugio, es un lugar cálido, la temperatura se mantiene. La sazón la ponen los olores dulces y agrios de pucho, las especias, polvos y variedad de ramas y los agravios, las carcajadas y las burlas.

Hay muchas mesas y asientos, divisiones hechas en madera barata, delgada, liviana y varnizada. Las paredes rústicas están adornadas por recortes de periódicos, precios de cervezas, trazos toscos, una tipografía deforme, propaganda y noticias referentes al sitio mismo. Superficies añejas dan la sensación de estar tomando cerveza dentro de un baúl viejo o un cajón meado. Orinales desinfectados con tajos de limones, de bases y estructuras corroidas. Humedad. Con unos avisos a la altura de la cabeza: el certificado de control de plagas; la baldoza rallada con marcador: frases con gracias, otras incípidas, y estupideses, como salidas de un mamerto. Atienden los mismos cuatro personajes de siempre, fríos y antipaticos o afables y bromistas con los viejos conocidos. Cerveza barata, un público fiel, antiquísimo, compuesto de rostros rubicundos, ancianos borrachos, caballeros ebrios y el fenómeno juvenil, un consolidado de universitarios, vagos y diletantes. Huyen del frío nocturno, del tedio, de las calles y andenes áridos, de las vitrinas de negocios cerrados, de la amarga rutina, de sus espejismos, de las promesas incumplidas, de la espina de sociedad que los pincha, del desengaño de la existencia. Pero la paz no es más que el interregno entre la perturbación que arrecia. Pero en el gran movimiento de la urbe y sus órganos, siempre se manifiestan los síntomas de marginalidad, agonía y violencia de un pueblo oprimido y expoliado. La madera de la puerta se torció, las visagras rechinaron y súbitamente una ráfaga helada masacró a todos los moradores. Reinó el silencio, piel de gallina, escalofrío, espectativa, fueron las reacciones de quienes observaban con impaciencia la entrada. Termina la canción, las parejas toman asiento y todos, inconcientemente en un gesto coordinado, giran la cabeza situandola en el ángulo preciso para mirar de reojo. Alguien permació apasible, sereno, mirando de frente, de ojos aletargados, rojos y contraidos. La hermética acústica fue violentada, se fueron infiltando los lamentos de las ambulacias, el berrido de las sirenas policiales, el rujido cavernario de motores, el trazo de la contaminación dibujado por los vehículos. Esperaron pero nadie entró, aparentemente. Todos continuaron haciendo lo mismo que llevavan haciendo y que siempre hacian en aquél sitio. No se dieron cuenta que el invitado inesparado era su vida, sus problemas, sus angustias, su pasado, su lastre de existecia los que los perseguia, los asediaba, los interrumpia, venciendo cualquier sustancia, lugar o momento u obstáculo. No sabian que el invitado indeseable que estalla allí para observarlos era la muerte.

sábado, 17 de octubre de 2009

Noche de paz

El vapor de un café caliente se hace notar frente una noche fría y de soledad. Un cigarrillo, cada calada manifiesta un sonido cálido, amistoso, el mismo que la leña quemada al friolento y desarropado transhumante. El polvillo de una cocina sin lavar por años, se va derritiendo, mientras salen llamas de las estufas. El color amarillo se vuelve un rojo oscuro. Si los rubís se derritieran, ese sería el color. Ese rojo hermoso de vida llega a su cénit para luego hacerse oscuro, para tiznar todo aquello que toque en su recorrido semivertical y semihorizontal. ¡Que suene la música! se escucha desde los adentros de aquel laberinto. Una exclamación desesperada, sin norte, pero con mucho apremio. Y se escucha:

Una aurora de dignidad emanaban todos y cada uno. La tolerancia y el respeto fueron una ley natural que jamás se vio perturbada. Luego llegó lo esperado, la solidaridad, ese bello espectro que solo se manifiesta cuando se conjuran los elementos humanos y milenarios. Circularon unos pocillos con café suave y dulce. Todos bebieron de su seno. Todos recibieron la santidad de la tierra. Luego llegó una arepa amarilla, tostada, con mantequilla y sal, era deliciosa. Nadie se quedó sin morderla y sin hacerla descender por sus túneles hasta convertirla en energía. De allí salieron nuevos seres, diferentes, despojados de todos esos fardos inútiles y destructivos que la sociedad católica, hipócrita y frívola les amarró a los pobres niños en su morral cuando iban a la escuela.

martes, 13 de octubre de 2009

Tenía una lengua ponzoñosa.



Aún se desconoce el paradero de la peligrosa portadora del veneno. La policía investiga sobre sus hábitos y sobre su modus operandi, con el fin de detener la terrible carrera criminal que viene causando estragos en la ciudad de Pereira. Quienes tuvieron la oportunidad de verla en persona e incluso tenerla cerca, se precian de estar vivos, y de salir ilesos de tan espeluznante presencia.
Eran las nueve de la noche, cuando Carlos Tango departía unas cervezas en un antro céntrico. Sus comensales empezaron a sufrir graves síntomas de intoxicación. De inmediato, les hicieron beber agua y humedecieron sus orejas, ya que estaban tan rojas, que muchos aseguran que estaban a punto de derretirse del calor. Los habitantes del sector, los dueños del chochál y los borrachines no se explican en qué momento los tres acompañantes del señor Tango fueron víctimas de la ponzoña asesina. Primero fueron unos rumores, luego unas calumnias amenazantes, por último aparecieron los cuerpos de una mujer y dos hombres, en la acera y con la conciencia perdida dentro de los brebajes del veneno.
Se ignora los componentes y la efectividad del mismo, por lo pronto las autoridades investigan y la ciudadanía se encuentra conmocionada con las imágenes de los tres agonizantes, temblando y sufriendo toda clase de espasmos en la sala de cuidados intensivos del Hospital San Jorge.

martes, 6 de octubre de 2009

Tormenta.

Por la inclemencia del clima, viose desplazado del lugar donde había comido, reído, llorado y pernoctado. Joven aún y con la mente positiva, no tuvo dificultades en hacerse con un lugar igual de confortable. Este individuo de apariencia afable y graciosa, debía terminar un trabajo en el complejo industrial que alguna vez fue. Hoy, una ciudad empobrecida, desempleada y problemática. Desde el andén o desde las mesas rústicas de aquel bar en el centro de la ciudad, se contemplaban mojigatas. Pensaba con esperanza en aquellas letras de un cantante neoyorquino, “nena soy un hombre de New York”. Para que tantos rodeos, prevenciones y represiones. Pero el nada tenía que ver con las alejadas tierras del norte, hacia parte del sur, del trópico, de Colombia. Y resignado, sin el don y sin el talento, doblaba su codo para que la cerveza corriera por su garganta. Una mañana, emergió con el semblante deformado, hubo de usar su medicina para amortiguar el malestar. Los días anteriores trabajó por las mañanas en unos espacios reducidos, calurosos y monótonos, soportando la rutina y el tedio de un territorio lento, con pocas opciones, gentes sencillas y un sentimiento, una sensación de no encontrar lo que buscaba. Siempre lo acompañaba la frustración, no sentirse satisfecho, llegar para luego ser conciente que el sitio que de lejos veía tan atractivo, de cerca era terrible. El espejismo terrible de la existencia. Aquella noche rechazado, se dirigió a su cama. Lo descubrieron al otro día cagando, no precisamente. Condenado a la fuga, ilíquido y esperando su paga, fió dos cigarrillos, los fumó saboriando cada calada, sientiendo la nicotina por todo su cuerpo, por las venas, como llegaba al corazón, alimentandolo. Sin tiempo para remordimientos, para recriminaciones, para quejidos, diseño un plan de pocos pasos. Y dejando parte de su corazón depositado donde vivió con sus seres amados, emprendió el viaje a una tierra calurosa, rodeada por verde, emboscada por los ranchos de las barriadas. Llegó a una gran estructura de cemento, donde gravitaban pequeñas naves amarillas y un largo gusano verde. Desde los adentros de aquel frío lugar, donde el frenesí del afán marcaba el ritmo, miró hacia arriba, hacia su horizonte, sabiendo lo que venía. Abordó el vehiculo, se sentó y sonrió.

martes, 29 de septiembre de 2009

Llegua.

“Hola mujer ¿Cómo estás? Ayer estabas más voluptuosa. Ahora estas menuda” Ella no responde, siempre taciturna, esperando que yo la posea. Esa mañana me levanté débil, tosía y mis dedos se resentían al rascar mi cabeza. Abrí las cortinas de un amplio ventanal que da a la calle, a la avenida, a la ciudad. Esperaba recibir un golpe luminoso. Mis manos tiran a la derecha poco a poco, entrecierro los ojos para amortiguar el contacto. No encontré más que una bella penumbra en el panorama. Arboles inmóviles, ramas y matas quietas, al final, por fuera de una alambrada, una carretera. Pasaban algunos autos y camiones. El cielo se pintaba como un gran poso oscuro, helado por el olvido, el olvido de ser intransitable, intocable, solo profanado por las miradas de los hombres. El firmamento sufre un gran embate, el inmenso astro irrumpe destruyendo todos los glaciales allí postrados, liberando rayos de calor y luz que lo hacen arder. Al poco tiempo no quedan sino cenizas y humo, que no tienen más que vagar y transitar eternamente. Se forman figuras y formas del polvo de lo que fueron y lo que no serán. El alba se dibujó sobre mi frente y como una idea nebulosa vino a mi mente el deseo que día tras día me susurra. Un beso de aquella mujer, la impronunciable, la proscrita. Un instante de energía vital. Un momento que detiene el tiempo, que me ennegrece el cuerpo y que aclara mi alma. Salgo de mi casa, el frio entra por todas mis falencias, por las mangas, por el cuello de la camiseta, por las medias, por mis orejas, nariz y boca para alojarse en mi pecho como una onda tristeza. Allí está, inexpresiva, me espera. Yo me dirijo a ella altivo y seguro. El sudor frio se escurre por mis mejillas formando un rio, un rio de emociones, un escalofrío macabro y divino. La caliento, la acaricio, le transmito mi cariño, mi respeto. Sabe que algo de esperanza hay en mi mirada indiferente y apartada. Gotas caen y humedecen mi tela, no lo impido, no me seco, estoy decidido. La beso una vez, es fugaz. Se curten mis entrañas. Mis ojos se colorean. Intento de nuevo, esta vez saboreo el contacto, me gusta. Mi intensión es fuego. Le pido un gran beso, ella me brinda un balazo, directo a la sien. Fluye por mi carne. Es una fémina asesina. Me brinda su cuerpo sumisa, su química desnuda. Veo apaciguado como se va, como es historia, como es nostalgia. Tan efímera, tan impresionante, tan azarosa, nunca se aparta de su destino heroico, morir por mí, vivir para besarme. Para matarme. “Adiós hechicera, vete para no regresar. Te imploro que vengas en tu nube de polvo y me partas en éxtasis con tu dulce hacha” Ella no responde, solo se va, se va por mis poros, por mis ideas, por todos mis túneles y laberintos, solo se va.

viernes, 25 de septiembre de 2009

Inquietud.

Prende el motor, lo hace restallar, la llanta empieza a girar, con fuerza, quiere hacer contacto con el suelo, quiere moverse. Está suspendida, lo que no permite el desplazamiento del auto, pero sus cauchos siguen girando con bestialidad. La quietud está consumiendo su motor, no aguanta, está empeñada en tocar el asfalto. Aumenta la velocidad. Empieza a notarse un velo blanco en el aire, lo enrarece, lo curte, lo contamina. El motor se está quemando. El sol cenital golpea directamente en el capó, y hace del metal una lámina trémula. Milagrosamente las esféricas traseras rayan el cemento y el vehículo sale disparado. Va a una velocidad notable. Se detiene cerca a un acantilado y quien conduce vierte agua sobre la cubierta roja. Poco a poco baja la temperatura, se salvó la máquina. Sus entrañas quedaron resentidas, pero vive. Eso pensé, sería lo más lógico, pero lo cierto del caso es que el apopléjico dueño de la grúa se empeña en mantener suspendida la masa de metal y tuercas. Arguye que no puede permitir que dicho artefacto se movilice, que no está en su mejor estado. Poco aceite, de la gasolina solo queda el olor. Su verdadera motivación es el odio, la rabia, el orgullo. La engañifa está concluida, al Renault 4 se le derriten sus ductos, los piñones quedan corroídos. El fuego consume lo poco que queda. Al poco tiempo solo queda un armazón de carbón y plomo. El chofer conturbado no se haya, quiere correr, pero no puede, no tiene el medio para hacerlo. Su cerebro se acelera, las neuronas están en el límite de su agitación. Pero solo se puede quedar inmóvil. El de la grua rie en su interior, está satisfecho.

miércoles, 23 de septiembre de 2009

Pelándole el fierro al neón.

Consumo la ciudad, antes que ella lo haga conmigo. El tráfico, los horarios, sus prédicas. Que me ofrece: oficinas, créditos, ventas, ambiciones. El teatro, el cine y el arte son caros, mejor voy a ver televisión. Libros, textos, la biblioteca, si voy me duermo, no debo perder el tiempo, mi estómago vacío, me esperan con la paga de la pieza, me cerraron el flujo de agua y las velas cada tarde están más derretidas. Pero sigo yendo al estante literario, aún me dejan entrar, todavía no huelo tan mal.
Quizás tenga un golpe de suerte y llueva de día, para desnudarme ante el sol, asearme, sin sufrir un ataque de asma. No tengo para el Salbutamol. No me quejo, anoche hizo calor, no necesité cobija, hice con el periódico una cómoda almohada. Condenados policías, por qué me despertaron tan temprano, no tenía que madrugar, hoy no tengo que ir a trabajar ni a estudiar, es mi día libre. Como todos. Pero los considero, ellos no entienden de esas cosas.
Hoy quiero gozar con las aventuras del ingenioso hidalgo Don Quijote, tal vez escuchar algo de Coltrane, pero estamos en verano, estoy algo lejos del centro. Si camino el olor que generarían mis pies y axilas me imposibilitarían ingresar, el celador lo evitaría a toda costa. Ellos no entienden de esas cosas.
Por fortuna mi cara aún está limpia. Saldré a la doce A.M, en pelota, para evitar transpirar. Así no tendrán excusas para vetarme. No quisiera hacer una Tutela sobre mi derecho fundamental a la igualdad. No tengo para el papel ni la tinta y aguardar diez días son inaceptables para continuar mis lecturas, Lenin es estricto, no me da espera. Además los jueces municipales son ineptos, seguramente tendría que apelar y el proceso se prolongaría por mucho tiempo.
Que áspero es el asfalto, mis dedos son débiles, lo acepto. Voy sobre el prado, el pasto me hace cosquillas. Eclosionó una preocupación estúpida, después concluyo que no que iré la cárcel por reír a medianoche y sin ropa. Todavía no es delito.
Avanzo hasta cierto punto, quedo rodeado por infinidad de tubos de muchas formas y tamaños. Me pintan de sus colores cuando me acerco. La lujuria del neón.
De pequeño y romántico soñaba con ser un águila o halcón. Miro mis manos moradas, el pecho azul, mis piernas amarillas y mi pene rojo, no estoy alado pero tengo tez multicolor, soy un camaleón. La ciudad está desierta, es mía. No dominaré los cielos pero soy el rey del submundo. Aunque todavía no me arrastre, soy más grande y bello que cualquier lagarto. Aunque mi grandeza dependa de coloridos avisos y de quitarme los harapos para que la luna vea mis güebas, ninguna lagartija por genial que sea aprecia una buena lectura, solo sacan sus lenguas y comen insectos.

lunes, 21 de septiembre de 2009

Loco por tí.

Era un día tenebroso, la ciudad no era la misma, la gente y sus autos me amenazaban y yo en total indefensión. La noche anterior caí en la trampa de la compulsión, nada tenía sentido, solamente pasaba aquello, una y otra vez, que estúpido nada útil resultó de ahí, ni siquiera un verso, solo la terrible frustración de no hallar lo que buscaba, la cruda confirmación que la gente es igual de vacía, de ignorante, de pedante, lo mismo en Mango Biche que en la Sexta, puros prejuicios y apariencias, tonta juventud así cambien de atuendos, temas y discursos. Esa noche creí que mis acompañantes me tirarían al vació o me golpearía, eran mis demonios mentales.

Llego a mi casa, después de dormir algunas horas en una silla Rimax, estaba asqueado, mi hogar era un calabozo que me encerraba en las cuatro paredes de mi alma insatisfecha, solo tenía una esperanza, una rosa entre miles de espinas, no quería resignarme, agachar mi cabeza, los revolucionarios jamás lo hacemos.

No tenía su teléfono, maldita sea, me conecto al Messenger y ahí estaba, la luz del túnel, tan cerca de dos clics, tan lejos de una caricia. No lo pienso dos veces, concreto una cita, me miro al espejo y me digo: “He aquí mis despojos" mi ingratitud con el cuerpo se manifestaba en dos grandes cráteres que bordeaban mis ojos y un rostro demacrado, mis manos temblaban, mi mente estaba molida, un niño me era amenazante, todo lo era, aún así volví a enfrentarme con la gran mole de cemento, la violenta urbe.

Creí que la lógica estaba de mi lado y algo de cordura recuperaría, de seguridad, esa que me guia, seguridad de animal, de hombre. Espero y espero, mi cabeza estaba desorientada, las neuronas confundidas, eran torpes, la cagué.

Empiezo a delirar, todo se ennegrece, tengo terror, miedo, asco, me invade el horror, pero que importa, ella estaba a mi lado, todo era oscuro, pero ella era el atardecer que me iluminaba sin rechazo, sin odiarme, me brindaba con cada instante la dulzura del rojo cielo, su voz.
Caminamos, pensé, que imbécil, que desgraciado, me sentí como un humorista, pero de los malos, los que dan vergüenza ajena y lástima así los veamos por televisión, pero que importa, ella estaba a mi lado. Su frase fue exacta, certera, lapidaria, “Usted está amurado”. Que espectáculo tan infantil le había ofrecido, te pido disculpas. Pero estabas conmigo.

Cerrando el telón, nos besamos, cuando mis labios tocaron los tuyos, fue fulminante, que rush, que descarga, me embriagó la paz, la belleza, los demonios quedaron desintegrados, mis pies pisaban el algodón, mi mente era hermosa.
Que basura el viernes, la rumba, el tiempo, los deseos, que poco pesan cosas tan vanas y fútiles. Lo que pesa una hoja de papel no es nada comparado con lo que pesa la magna codillera andina de tus besos.

Es noche dormí sabiendo que dejaba atrás muchas cosas, que me desprendía de pesados fardos, esperas, ilusiones, prejuicios y convenciones hipócritas. Ahora me entrego cuerpo y alma a la felicidad, a buscarte así me digas intenso, en verte y escucharte así me digas espectador, a hablarte así me digas bobo y a besarte, porque es tan legítimo mi fin, que lo demás carece de valor alguno.

Gracias por enseñarme a enloquecer, que locura tan exquisita, así me rechaces o no sé cuantas cosas, la locura ya me hizo su víctima y esa no tiene cura.

martes, 15 de septiembre de 2009

La semana empieza el viernes.

El viernes que día, que noche, que locura.
Sábado, dormido, adolorido y enguayabado.
Domingo, una leve energía, una pequeña ternura.
Lunes, no duermo, tengo pereza y estoy amargado.
Martes, emociones, quiero salir, leo el Quijote y Lenin.
Miércoles, que letras, que películas, que ansias, que emoción.
Jueves, sosegado disfruto Vargas Vila, solo falta un sol y una luna.
Hoy es viernes de nuevo una febril pasión.

miércoles, 9 de septiembre de 2009

Arbol de mármol.

Un gran tronco me brinda escampadero y sombra,
es la figura de un viejo, tendido en su cama,
es mi padre, postrado como un roble,
un ser que vive, sufre y que ama,
la tarde es tediosa pero el es noble,
siempre ahí molestándonos
tiene que, ojo con, pilas con,
siempre ahí apoyándonos.

Si mi padre me acompaña,
de seguridad me embriago,
miro la luna y tomo champaña.
Si yo lo acompaño,
su rostro y su mirada cambian.

Si no duerme tose y estornuda,
pero no deja de ser el árbol
aunque algo lo perturbe
¿que tormenta quiebra el mármol?

Envidio la templanza de su fuero
y yo me pregunto confuso
¿Donde está el equilibrio,
entre el cielo y el infierno?
en el movimiento y la contradicción
eso somos.

sábado, 5 de septiembre de 2009

Somos nubes.

Nos encontramos cuatro nubes,
una noche de concupiscencia,
era el sereno y la ocasión propicia,
de jóvenes y placeres,
pero las nubes son etéreas,
se disuelven con el tiempo.

Esa noche esos algodones
nos rehusamos a perecer,
usamos menjurjes y sahumerios,
y logramos llegar agonizantes
para presenciar el amanecer.

Pero las nubes son gases,
se esfuman en el cielo
pero el recuerdo es eterno,
que difícilmente muere
yo me acuerdo
y una sonrisa nace de mi rostro.

viernes, 4 de septiembre de 2009

No marcho contra Chávez

Hoy la marcha es a medio día
en la Plaza de Bolívar,
contra Chávez, el caudillo
del pueblo venezolano.

Lo odian y de él denigran
porque al pueblo él admira,
los ricos y fríos apátridas
de Colombia, lo miran
y escupen de ira,
no soportan que un compatriota
con el poder de la palabra
contra los gringos levante critica,
y sobre el imperialismo
descargue sin pudor,
su artillería política.


Que es de un pueblo,
cuando sus dirigentes,
por su ambición y codicia
a los yanquis se arrodillan,
desolando el campo,
destruyendo la industria,
y dejando huérfanos,
a los hijos y niños
de una nación rica y viva.

Cuando será que las masas
se levanten y con sus manos
laboriosas agarren las hachas
y tomen el cielo por asalto,
haciendo justicia y a los
corruptos condenen a vagar
como pordioseros por el asfalto.

Merece este país,
un verdadero lugar,
donde exista igualdad
y el pobre tenga felicidad.

miércoles, 2 de septiembre de 2009

Ruta urbana 11


Una buseta alta, naranja, grande, imponente, tiene un recorrido fijo, diario y un traqueteo potente.

Suenan los golpes de mil ollas, cien latas y diez tambores.
Todos esperan al gran animal de llantas, tuercas y piñones que conduce un mortal, con maña y pericia. La caja de cambios necesita grasa, por eso cuando le mete segunda, tercera o reversa,
surgen voces anónimas: ¡Hi... jueputa, échele salivita!

La bestia por dentro es rústica y cavernosa, asientos desencajados y la decoración,
un atentado a la estética y al buen gusto. El chillido molesto emerge, de locutores acéfalos y melodías repetitivas.

En ella, quietos y sentados, hombres y mujeres escalan montañas de asfalto, descienden despeñaderos y recorren planicies.
Ella se funde con sus pasajeros y se hacen una sola, gacela, león o elefante, que poco a poco va pariendo crías, que va dejando por toda la ciudad.




Este búfalo motorizado a nadie obedece, solo a tres luces, redondas y luminosas, rojas, amarillas y verdes o en últimas a la autoridad de sombrero, placas y uniforme.

En su interior los voyeristas empedernidos celebramos todo un bacanal hedonista,
hacen presencia las expresiones más variadas y ubérrimas del género femenino,
altas, bajitas, negras, monas, morenas y trigueñas, hermosos senos, bellos traseros, torsos de infinitas formas, cabellos de todos los colores y tonalidades, ojos, narices, orejas, mejillas, pestañas, frentes, cuellos y labios todos sin igual, irrepetible, entrañan el arcoíris que la naturaleza exhibe a granel en todas sus expresiones.

Desde las ventanas del automotor, se perciben una multitud arquitectónica, casas, edificios y
todo tipo de construcciones, son mujeres, de cemento, ladrillo, columnas, esqueletos,
fachadas y pinturas, que contemplo con morbo, con gusto, curiosidad y lascivia,
porque como a ellas, me ansió por sus formas, siluetas, colores y figuras.

Porque al igual que los senos, la brisa recorre los balcones para acariciarlos,
como las hermosas puertas, dan placer tocarlas y entrar por ellas; las ventanas, hechas para
liberar las paredes del encierro, despiertan un instinto carnal por penetrarlas,
a riesgo de pasar por ladrones.

Techos como cabelleras, reciben el sol diario, como el pelo de ellas, iluminan las calles frías
con su gracia.

Que exuberantes estructuras, los edificios, ¡cuántos pisos! que exquisitas casas, con esos
cielorrasos, esos recovecos, esos orificios, que delicia incursionar y adentrarme en todas,
conocer su interior, sentir sus aromas, a la hora del almuerzo o cuando ya hicieron oficio,
palpar sus muebles, pisar sus baldosas y ensuciar sus alfombras.


Que vértigo ir de arriba abajo, de adentro afuera, en los ascensores de las torres,
que se mecen como caderas de bailadoras y nalgas de culonas, al vaivén del cielo,
untadas de nubes y postradas en la tierra firme y húmeda,
enterradas pero inmóviles para que sus amantes no las rapten.

Esa misma buseta, que recorre la calle cuarta, pasando por Electrolux,
Maos, Pan caliente, Visnú, Nuevo Libro, el Gaitán, El Hospital municipal,
Comfamiliar, el barrio Cañarte, es el mismo hombre, animal carnívoro,
que saborea las edificaciones, impregna con su humo negro
todas las fachadas y entradas, marcando territorio,
aplasta los charcos, levanta faltas y sopla piernas,
no deja calle virgen.

Pero llegó mi hora, en la cuarenta con sexta, me bajo agitado por la orgía urbana
y con ganas de repetirla esta vez con mi carne y mi deseo insatisfecho,
buscando una tigresa que haga hervir mi sangre.



martes, 1 de septiembre de 2009

Yerba mala

Soy oscura y clara, nazco en muchos lados, me buscan y me arrancan,
me atropellan, me degollan, me han matado con sus manos,
descuartizan mis ramas, muelen mi sustancia, me sacrifican.

Me dicen mala yerba, porque no ven en mi nada, y sin embargo aquí estoy,
pero me gusta que lo hagan así, que me ultrajen, que me den importancia,
porque me entristece la indiferencia, la apatía, que me dejen malvivir,
sin siquiera contemplarme, porque soy bella, tengo formas y colores verdes,
un olor suave y dulce y ácido, mi pelo es lacio, crespo o rizado, crece con sol,
pero me duelo por dentro de soledad, solo el agua me alimenta, el sol me calienta,
solo la brisa me acaricia, la tierra me da la vida y la noche me arrulla con sus murmullos,
el amanecer me consuela, las nubes me guían y el cielo me brinda algo de su eternidad y paz, estoy feliz.

lunes, 31 de agosto de 2009

Yugo cruel

Emancipados del cruel yugo colonialista, nuestra gente emprendió un viaje iluminado hacia la libertad.
Pero el veneno de la codicia y la riqueza de terratenientes y burgueses
hicieron de nuestra madre tierra un sitio injusto y desigual, procediendo con desespero
entregando la patria a los nuevos verdugos, los que aniquilaron los hermanos del norte,
pieles rojas y demás comunidades, los que se emanciparon contra los ingleses en nombre de la independencia,
ahora beben de las mismas aguas malsanas y tristes del saqueo imperial.

Nos sumieron desde muy temprana edad republicana en la prisión oscura y sucia de la neocolonia.
Luchar o abdicar, pregonó Vargas Vila para el pueblo latinoamericano.
Ante tamaño dilema, no queda más que abnegar sectarismos y caprichos parroquiales,
en procura de la unidad de todos los demócratas, contra esta violencia que nos azota.

jueves, 20 de agosto de 2009

Olor a cuerpo.

Olor a cuerpo desnudo,
los bellos se agitan
arden mis ojos de rojo
tempestad y lluvia
y en mi cabeza un nudo.

Que tienen las mujeres,
que nos estremecen
con su belleza, con su gracia
que extraño ser
caprichoso, sensible y emotivo.

miércoles, 19 de agosto de 2009

Mis disculpas.

Queriendo dejar las preocupaciones existenciales, que a nadie interesan salvo a su menesteroso portador, aspiro a escribirle a cosas más importantes, más bellas y más nobles que a
fantasmas vagos y pasajeros de la conciencia, pero, siempre hay un pero, a causa del bache transitorio en que he caído careciendo de creatividad y productividad y no pudiendo continuar con el ritmo incesante de mi kilométrico chiviado, quiero ganar algo de tiempo, no sin antes rogar misericordia y piedad a mis fieles lectores, en que acepten, publique mis últimas elucubraciones emocionales, mientras organizo mis asuntos terrenales, que dictan la urgencia de lo material, para continuar sin percances con mi incipiente obra ilusoria e intangible.

martes, 11 de agosto de 2009

Escurrido

Como el agua que baja por la cascada, asi desciende mi humanidad,
habiendo recorrido todas las selvas, tocado las flores, profanado
los tesoros, ensuciando los rios, surcando los mares, acariciando
los desiertos, besado los pétalos, comido las uvas y bebedios los
vino de ella.
Para luego escurrirme entre sus dos piernas bajando por las cordilleras,
satisfechas las lluvias del alba, que va llegando hasta irrumpir abruptamente
con los destellos del imponente astro, que ilumina en su recorrido y
lleva la vida.

jueves, 6 de agosto de 2009

Dame un tintico.

Agua con polvo café, se torna oscura y espesa.
Que sabor tan amargo, pero que bien se siente.

Son las semillas de la tierra, pepitas de las montañas.
Color verde o rojo. Cuando la modorra asecha,
sale la cafeína resuelta, a repeler y combatir,
con toda su fuerza, los designios del no ser.

Un tinto para amanecer, tibio y lúcido,
el de la tarde, para bajar el almuerzo,
cuando se nos niega la siesta.
Y el de la noche, para aquellos misteriosos
y oscuros noctámbulos.

miércoles, 5 de agosto de 2009

Ráfaga.

Lo hago con malicia, todo lo que busco,
una furtiva ráfaga, de aquella niña
que mi corazón envidia.
Pero solo veo caras raras, nuevas
pero que no me interesan.

Me queda un sabor agridulce,
agrio por la privación del deseo,
dulce por guardar con malicia
mi contundente arma, para
accionarla y herir de muerte
la esquiva y perdida criatura.

martes, 4 de agosto de 2009

Quémame

Quémame sol, de arriba a abajo
del culo hasta el pescuezo,
y dame la bendición
de tus picantes hondas
que todo los transforman.

Que las podridas aguas evaporas,
y con las verdes ramas colaboras,
para que yo pueda fumarlas y
hacer de tu infinita energía
esperanza para mi alma.

lunes, 3 de agosto de 2009

Caminando ando.

Impulsado por la necesidad, emprendo una larga marcha por las calles de Pereira.

Huyéndole a un fantasma que asusta mi cuerpo y envenena mi alma.

Sol canicular de verano chispeante, el asfalto ennegrecido por el humo y las trémulas gomas de los autos.

Hago una parada, mis huesos rechinan y mis pulmones silban,
un puff de salbutamol, unos segundos y me siento Dios.

Sigo caminando pero de ipso facto, aparece la policía de tránsito, frena bruscamente y me grita:

“¡Detente jovencito! está usted caminando en forma grotesca y desprevenida.
No se mueve usted como hacen los demás,
apáticos y aferrados a un ritmo estático y frío,
siguiendo el compás que marca la ansiedad
de los afanes diarios.”

Y a continuación con tono de tiranía pregunta:
¿Es usted un filósofo, un criminal o un mariguano?
¿Cómo puede exhibir semejante y vulgar espectáculo?

Sin recibir respuesta, sentencia: “Usted debe ser multado, encarcelado y rehabilitado,
para que recupere la estrecha mirada y
la pasividad de los ciudadanos honrados."

Por lo azaroso del tráfico y lo cantinflesco del acto,
tan solo atino a pronunciar con aires de poeta:

“Agente, está usted muy buena,
pero no se preocupe,
que ni la autoridad me ordena,
solos sus grandes tetas y
majestuoso culo a
mi voluntad doblegan.”

domingo, 2 de agosto de 2009

Que es legal.

Por culpa de la angustia, me encuentro sumido y loco en
la triste escena, leyendo un libro de desazonado autor
distinguido por su elucubraciones y sofismas legales.

Si la Ley existe y esta es justa y legítima, como es que hay pobres
y víctimas de un cruel sistema, que mide la explotación cínicamente
en normas y cartas magnas.

Pero cual justicia si acá siempre gana
el más fuerte, violento y deshonesto:
El de las fábricas, el de las armas,
el de las influencias, el del presupuesto,
el que nombra, el que paga, el se reelige y
el que sigue robando como los políticos
que gobiernan hace mucho Pereira.

Los vendidos y los bandidos, la llave de oro podrida,
como en Risaralda, pero astuta y jodida.
No mas tiranos, de manos duras y corazones negros
muerte a un conjunto de vanas convenciones,
vivan los afanes más propicios de criticar y transformar
esta sociedad oscura y rendida ante sus vicios:
Adictos al dinero, al televisor y a las frívolas pasiones
de cosméticos y costosos automóviles.

Abajo Uribe con sus caducos ministros,
no permitamos su intento de perpetuación,
vivan los valientes nadadores a contracorriente
los fieles y abnegados portadores de nuevas
ideas y otras maneras de obrar y respirar,
los que toleran, proponen y acuerdan.

Que las proclamas de esperanza y de lucha,
destruyan los decretos de hambre y miseria,
que los colombianos algún día se unan,
y que este orden que sustituye el interes
general por el particular, diluyan.

Da igual, porque me puse a escribir
hasta que el sueño me derrotó,
llendome a dormir, no pudiendo
siquiera una pagina ojear del aburrido
y absurdo texto jurídico.

Beso.

En un encuentro plácido y bohemio
sentí tus besos como un arroyuelo
la pasión de un contacto cálido,
un instante de alucinante vuelo,
dijo a mi existir: !Que bello es vivir¡
pero sin posibilidad de repetir
se que es momento de partir.

Poeta resiste, al tenaz malestar
y has de tus espesos humos y
oscuros augurios, cualidad
de tu siempre cruel potestad
que de tu calma zozobra
visceral agonía nace tu libertad.

Con la paciencia lícita de una botella
quiero olvidar y sepultar el
tesoro de una especial doncella,
que del el perpetuo y vano empeño
de verde esmeralda y rojo zafir,
de leve brisa y noble ensueño
debo yo partir.

martes, 28 de julio de 2009

La maldición.

En la oscuridad escribo, entre sombras y silencios porque de este
hábito me han despojado, he sido proscrito y mi musa negada.

Ni cadenas, seguros y candados media la injusta opresión,
de unas viejas cavernas, hechas de mármol, achaques y resabios, que
su placer encuentran, extasiados, cuando secuestran el camino de
los nuevo vientos, humos y brisas, desviándolos y obligándome
a surcar las viles, negras y seculares aguas de la tradicional y podrida
moral de viejos hipócritas y santos curas aberrados.

Ni las amenazas de la penitencia o la hoguera detienen mi locura,
ni intimidan mi libertario espíritu, imbuido de desilusionada esperanza.
Cuando el papel, la tinta y la mano se conjuran para plasmar poesía
el delirio entra en escena, decidido y tirano, reclamando mi mente,
tomando posesión como amo y señor de mis raudos impulsos.

Dulce maldición, que me sustrae de los absurdos humanos y
del frío casillero que me encierra y me perturba,
disolviendo las paredes que limitan mi febril pasión.

Así vivo yo, saltando obstáculos, evitando trampas y desconfiando.
Mintiendo y ocultando una prohibida costumbre, como un
ser triste y vagabundo, que oculta su crimen o pecado hereje,
eludiendo por momentos la implacable inquisición.

domingo, 26 de julio de 2009

Comentario en gustavopetro.com

Creo que las sectas necesitan de sus rituales para mantener la cohesión y no morir. Nosotros, los jóvenes que seguimos a Petro, estamos en otro paseo. No buscamos tribus, ni guetos, tan solo queremos darle otro rumbo al país. Creemos que es posible superar la desazón y la agonía de este pueblo sumido en la miseria, que cae todos los días, meses y años en un abismo oscuro y sucio, de violencia, corrupción e injusticia.
Soy estudiante y hago parte de esa juventud con mirada desesperanzada. No veo progreso por ningún lado. La sociedad se degrada. Creo que no hay espacio para mí.
Tengo puestas mis últimas ilusiones en el Senador Gustavo Petro y espero aferrarme a ese sueño pase lo que pase. Petro puede y debe ser Presidente de Colombia.
Petro es la esperanza de un mejor futuro, de otro país, de otra sociedad, de superar el eclipse, de recuperar la grandeza que ilumino la patria cuando Bolívar y Santander demoliendo obstáculos imposibles, liberaron nuestra tierra de la opresión y fundaron una república libre y soberana.

jueves, 23 de julio de 2009

Soledad.

Las crueles ansias
por decirle a alguien
un suceso, una historia;
programar el parche
desde el mismo jueves.

Lo odioso de tragar
los absurdos diarios,
las cotidianas vivencias,
los andenes divisorios
de lo feo y lo hermoso.

En la letra me desahogo,
escribiendo soy libre
de expresar mis impulsos,
renovados o como eran.

Felinos salvajes se tornan
sedientos de suculentas presas
de ojos y atentos oídos,
y evitar que mueran
en la soledad y el olvido.

domingo, 19 de julio de 2009

Esperar

Esperar siempre será una virtud
por lo tortuoso del ejercicio
porque entraña una dura lucha
contra la ansiedad
de lo que será o no será.

Es una agonía causada por
un futuro incierto
una situación de incertidumbre
que llama a la sabia paciencia
pero que la compulsión detesta.

sábado, 18 de julio de 2009

El imán

Un instante fugaz
una vana reafirmación
un efímero placer
una vaga satisfacción

El imán de la urbe
a la rutina me aplasta
incitando a mi alma
a rebelarse y partir
de un mujer que me
envuelve en sus pétalos
de amapola y mieles
tramposas que me encierran.

La ciudad me rescata
con sus lugares y actores
me incluyen en su obra
y me alivian por momentos
de la adicción a otro ser.

viernes, 17 de julio de 2009

Un amor

Que vano es el amor
embriagador e ilusorio
que crea dependencia
tolerancia y hasta
síndrome de abstinencia

Que terrible es la pérdida
de un ser que estuvo
con sus besos y caricias
que ya se fue llevando
consigo su tesoro

Ambos fuimos uno solo
unidos y compenetrados
ahora solo soy yo
y ella solo ella

Separados por el abismo
de lo que pudo ser
y nunca fue
un deseo truncado
por la franca realidad

Qué triste es olvidarse
del tedio acechador
para luego caer
indefensos en los ásperos
brazos fríos de la soledad.

jueves, 16 de julio de 2009

Las caras de la habitación


Una habitación es un medio para liberar cargas, descansar o para agitar los ánimos, el placer. Es un mundo plácido o una cárcel perpetua. Unas veces alumbra la claridad, otras veces ensordece la implacable penumbra.

martes, 14 de julio de 2009

En un instante, la vida

¿Que es la vida?
una existencia sin sentido,
una mecha que poco a poco se quema,
una rutina desgraciada,
una lucha de alegrías y amarguras.

Mantener un cuerpo y una mente
calurosos, vitales y en moviendo,
unos piensan, otros son semovientes
cada cual imbuido por una cultura atrasada.

La gente educada para vivir como animales
mecánicamente y por instinto,
una racionalidad a medias.

Proscriben la cura para el vivir,
prohíben el placer por cuestiones económicas
la política lo domina todo,
los poderosos dominan la política.

Somos unos esclavos
subyugados a una cultura ajena,
nos imponen nuestras apetencias
una existencia pobre y etérea
podrida por lo superficial.

Determinados por un sistema
por unos magnates
por unos burgueses
por unos mercachifles,
somos sus fichas y sus peones
trabajamos para ellos,
pensamos para ellos,
morimos para ellos.

Si vivir es someterse a ellos
yo me sacrifico entregándome
a mis propios demonios.

sábado, 28 de marzo de 2009

Pereira... Pereira...

Ciudad que me viste nacer, crecer, cagar, miar y llorar.
Pereira, cuanto te extraño, cuanto te pienso,
te respeto, por tener algo indescifrable,
por ser tan prudente y tan sórdida.

Te quiero por lo hijueputa que eres,
en ti sufren muchas almas, pero
también nos das oportunidad de reir,
de volar, de sentirnos vivos, muertos,
de estudiar, de vagar, de caminar.

Caminar tus calles como las líneas
que trazan nuestras venas,
un brazo amigo, eres esa uña,
la última, que está larga,
con la que guelen.

Hago memoria... me encuentro allí,
en la bliblioteca, escuchando tango,
leyendo poetas e intercalando,
caballo con perica, para el ánimo.

La Florida, verde, rio, viento, alegía
fumé bareta en tu entrañas,
donde nacen tus aguas, donde
florecen tus bellas hembras.

Pereira, conocí tus calles, oscuras,
negras, miedosas, terroríficas,
y también tus centros comerciales,
agradables, pero injustos,
excluyentes y perversos, tanto
como aquellos callejones de la muerte.

lunes, 9 de marzo de 2009

Un día.

Un día, quedamos de salir, tomarnos unas cervezas y fumar algo de mariguana.
Eramos Lucía, Pipe y yo. Nos encontramos en el parque El periodista,
ya estaba curtido por el olisque a maracachafa y la cerveza fría
refrescaba una noche calorosa, de un día frenético, sudado y jodido
para los trabadores donde todas partes.

Compramos cervezas y nos sentamos. Se escuchava la música,
había toda clase de personajes, ropa, colores, voces, formas, y
nosotros hacíamos parte del zológico. Mi amigo era un loco,
no paraba de hablar, de enfatizar, de argumenta, no había
duda que nos quería convencer de algo,
nosotros sabíamos a que se refería.

Al principio su mujer y yo nos miramos, sonreimos.
Nos causaba gracia la pasión con la que
hablaba de la política y la sociedad colombiana,
al final terminó por convencernos.

Llevaban poco de conocidos, sin embargo,
Pipe tenía un magnetismo y una energía
que atraía a Lucía. Nos fuimos para
un bar, luego el hombre salió
- a respirar aire puro- dijo-
volvió con un gran porro,
impregnando cada una de las esquinas
y paredes de aquel antro.
Nos sacaron, Lucía lo miraba
feo por la vergüenza.
Pipe estaba cagado de la risa, nos decia:

-Si vieron la cara de todos eso maricas,
cuando entré- Se reía y se reía-

Nosotros, hacíendonos los serios,
terminamos sucumbiendo y
olvidado el asunto
Pipe la cagaba pero
era imposible no gozar con ello.

martes, 6 de enero de 2009

Un sin sentido más digno.

No hay acción que legitime al hombre como la lucha, la disciplina y la resistencia. Una vida puede transcurrir miserable, explotada por los saqueadores, entregada a la rutina infernal de la miseria, de la necesidad, de arrastrarse día tras día, año tras año, cada vez más pobres, mientras un puñado de especuladores, de zánganos y de bárbaros se enriquecen mientras sus huesos se pudren por el ocio, la mezquindad, la rapiña de vidas sostenidas por la fuerza de trabajo ajena. Que muchos suframos la desgracia y a la vez el privilegio de nacer pequeño burgueses, maldita sea, lo terrible e infame es morir toda una vida de mediocridad, individualismo, banalidad y demás enfermedades mentales que heredamos como desperdicios y sobras culturales de la burguesía. La clase trabajadora sabe que tiene que anteponer sus caprichos y emociones al esfuerzo, a la labor, a la creación, a la sobrevivencia; la clase poseedora sabe que para mantenerse como dueños del poder política y económico, tienen que esforzaste, tienen que fortalecer su república y su democracia, su dictadura por encima de cualquier precio, sin escatimar procedimientos, medidas y todos aquellos recursos que tengan a la mano para impedir que las clases populares establezcan su propio sistema político. Que va ser del dueño de las miles de hectáreas, que va a ser del dueño de las miles de maquilas, de los millones de recursos naturales, de los medios de comunicación, de los medios de transporte, de los medios de producción, cuando la masa se despoje del yugo insano que las obliga a consumirse de por vida en las catacumbas y las fétidas minas por un salario infeliz, para hacer más rico y boyante a un odioso e insaciable magnate. Es una lucha a muerte entre dichas clases, que se tienen rabia y odio. La pequeña burguesía, inmersa en su mundo “autosuficiente”, cree estar por fuera y exenta de esta lucha, no hacen más que hacer del autismo su filosofía de vida. La pequeña, tiene un poco de ambas, una pizca de comodidades y otra de trabajo y lucha, se agobian y se ahogan en sus propias desgracias, en su existencialismo caduco, su nihilismo quejumbroso, viven “su mundo” sin dignarse a elegir un bando, no sabiendo que esta actitud inútil y facilista, solo beneficia a la facción poderosa, por cuanto resta en lugar de sumar efectivos para la lucha. Esto que escribo no tiene sentido, o puede tener algo, pero es preferible, a rendirle culto a la estupidez mientras los terratenientes, los “inversionistas" y su gobierno combaten sin pausa contra el pueblo y mientras la masa menesterosa se bate a muerte por defender lo suyo.