domingo, 2 de agosto de 2009

Que es legal.

Por culpa de la angustia, me encuentro sumido y loco en
la triste escena, leyendo un libro de desazonado autor
distinguido por su elucubraciones y sofismas legales.

Si la Ley existe y esta es justa y legítima, como es que hay pobres
y víctimas de un cruel sistema, que mide la explotación cínicamente
en normas y cartas magnas.

Pero cual justicia si acá siempre gana
el más fuerte, violento y deshonesto:
El de las fábricas, el de las armas,
el de las influencias, el del presupuesto,
el que nombra, el que paga, el se reelige y
el que sigue robando como los políticos
que gobiernan hace mucho Pereira.

Los vendidos y los bandidos, la llave de oro podrida,
como en Risaralda, pero astuta y jodida.
No mas tiranos, de manos duras y corazones negros
muerte a un conjunto de vanas convenciones,
vivan los afanes más propicios de criticar y transformar
esta sociedad oscura y rendida ante sus vicios:
Adictos al dinero, al televisor y a las frívolas pasiones
de cosméticos y costosos automóviles.

Abajo Uribe con sus caducos ministros,
no permitamos su intento de perpetuación,
vivan los valientes nadadores a contracorriente
los fieles y abnegados portadores de nuevas
ideas y otras maneras de obrar y respirar,
los que toleran, proponen y acuerdan.

Que las proclamas de esperanza y de lucha,
destruyan los decretos de hambre y miseria,
que los colombianos algún día se unan,
y que este orden que sustituye el interes
general por el particular, diluyan.

Da igual, porque me puse a escribir
hasta que el sueño me derrotó,
llendome a dormir, no pudiendo
siquiera una pagina ojear del aburrido
y absurdo texto jurídico.

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