lunes, 9 de marzo de 2009

Un día.

Un día, quedamos de salir, tomarnos unas cervezas y fumar algo de mariguana.
Eramos Lucía, Pipe y yo. Nos encontramos en el parque El periodista,
ya estaba curtido por el olisque a maracachafa y la cerveza fría
refrescaba una noche calorosa, de un día frenético, sudado y jodido
para los trabadores donde todas partes.

Compramos cervezas y nos sentamos. Se escuchava la música,
había toda clase de personajes, ropa, colores, voces, formas, y
nosotros hacíamos parte del zológico. Mi amigo era un loco,
no paraba de hablar, de enfatizar, de argumenta, no había
duda que nos quería convencer de algo,
nosotros sabíamos a que se refería.

Al principio su mujer y yo nos miramos, sonreimos.
Nos causaba gracia la pasión con la que
hablaba de la política y la sociedad colombiana,
al final terminó por convencernos.

Llevaban poco de conocidos, sin embargo,
Pipe tenía un magnetismo y una energía
que atraía a Lucía. Nos fuimos para
un bar, luego el hombre salió
- a respirar aire puro- dijo-
volvió con un gran porro,
impregnando cada una de las esquinas
y paredes de aquel antro.
Nos sacaron, Lucía lo miraba
feo por la vergüenza.
Pipe estaba cagado de la risa, nos decia:

-Si vieron la cara de todos eso maricas,
cuando entré- Se reía y se reía-

Nosotros, hacíendonos los serios,
terminamos sucumbiendo y
olvidado el asunto
Pipe la cagaba pero
era imposible no gozar con ello.

No hay comentarios: